La anacrónica propuesta del gobierno provincial de aumentar los impuestos no es más que otra muestra de su falta de ideas. Agobiado por una caja que no cierra, el gobierno de Scioli demuestra una vez más lo primitivo de su funcionamiento, y la mejor idea que genera su mesa chica es aumentar los impuestos. La punta de lanza utilizada es Santiago Montoya, que en otra muestra más de tacto y ubicuidad pretende castigar los bolsillos de la clase media bonaerense “que vive en los countries”.
Quizás alguien deba decirle al recaudador que hoy la gente que vive en los barrios cerrados lo hace porque el ineficaz gobierno que él integra no es capaz de brindarle seguridad, no porque sean millonarios. Que poseer una propiedad en un barrio cerrado ya no es más sinónimo de status, y que ninguno de los que allí habitan pagan expensas porque les place sino porque el Estado provincial es incapaz de brindar ningún servicio y por lo tanto deben contratarlo privadamente.
Si la seguridad funcionara no serían necesarios los barrios cerrados ni las empresas de seguridad ni las alarmas, si la obra pública se ejecutara como corresponde no serían necesarios los clubes privados porque habría espacios recreativos con instalaciones sanitarias en condiciones para que la gente pudiese utilizarlos, si la salud brindase tranquilidad ante eventualidades no haría falta que gran parte de los gastos fijos de una familia tipo se dediquen a la medicina prepaga o servicios de emergencia médica, y así podemos seguir con todos y cada uno de los servicios que los castigados contribuyentes abonan, para no recibir absolutamente nada por parte de este Estado inútil.
Por el contrario, los recursos son destinados a organizar una Copa Davis que terminó en escándalo, a financiar el uso del avión oficial para que la Sra. Rabollini presente sus perfumes o visite a su familia, para mantener una flota de lujosos autos oficiales y custodios para el gobernador y sus ministros, o para hacer publicidad de la inexistente gestión provincial.
Pero saben qué? La gente ya se dió cuenta. Y las primeras encuestas donde la imagen de negativa de Scioli supera a la positiva ya comenzaron a circular por los despachos de la gobernación, del partido justicialista, y también en Olivos.
La publicidad y el dinero que ponen en los medios genuflexos para que no publiquen el desastre en que se ha convertido la Provincia de Buenos Aires no alcanzan para callar a las miles de voces de ciudadanos que sienten en carne propia la inseguridad permanente de sus familias y propiedades, que sufren el default educativo y del sistema de salud, y que ya no creen nada de lo que dice Scioli y sus adláteres. Fue patética la imagen emitida por un canal de noticias el viernes, donde un grupo de vecinos pedía por seguridad luego del asesinato de un muchacho de algo más de 30 años que atendía una panadería, mientras el gobernador y su esposa estaban cómodamente instalados en el palco oficial de la Copa Davis en Mar del Plata. Estas imágenes donde el alejamiento de los políticos es tan evidente comienzan a despertar a una ciudadanía al borde de la rebelión fiscal.
En lugar de poner foco en la gestión y hacerla más eficiente quieren aumentar los impuestos. En lugar de trabajar en y para el Estado, se dedican a los negocios privados y a sus respectivas imágenes, en lugar de precuparse por la gente se preocupan por su propio futuro personal. Qué patética imagen de un equipo incapaz de resolver los problemas básicos!!
Las promesas de la campaña se desvanecieron en menos de un año, y este gobierno demostró ser el más inútil de los últimos años en nuestra provincia. Un gobernador que sólo se ocupa de sus negocios y de la prensa amiga (vieron el programa de Mirta con el gabinete?!..), un jefe de gabinete dibujado y que empezó a tomarle el gusto al dinero rápido, y un elenco de ministros que se reparten entre el surrealismo de Bilardo y Zin, la ineficiencia de Arroyo y Casal, y los negocios de Pepe. Como corolario, el vice, Balestrini, que sería el único capaz de aportar por experiencia y conocimiento del terreno, toma cada vez más distancia para no quedar pegado a una gestión que ya fracasó, pero lo que es peor, que muchos empiezan a sentir que no termina.
FUENTE : Mirador Nacional
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