21/1/09

MIENTRAS NOS OCUPAMOS DE CUESTIONES COTIDIANAS

El calor está derritiendo la Antártida


La barrera de hielo Wilkins, formada por el desprendimiento de los glaciares, puede separarse del continente en cualquier momento. En la península antártica la temperatura subió 3ºC en los últimos cincuenta años. Es la zona más afectada.

Finita. La barrera llegó a tener 100 kilómetros de ancho. En su parte más estrecha ahora tiene 500 metros.

La plataforma de hielo Wilkins, que en su extremo llega hasta el sector antártico argentino, está a punto de convertirse en la décima barrera de hielo flotante en desaparecer en los últimos cincuenta años en el Continente Blanco.

Unida por una franja de hielo de solo 40 kilómetros de largo y 500 metros de espesor, los científicos anunciaron que su desaparición es inminente.

Rodolfo del Valle, geólogo y coordinador del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Antártico Argentino, integra expediciones en la Antártida desde hace 37 años –“siempre en carpa”– y recuerda que, hasta hace un tiempo, los barcos no podían llegar hasta el continente porque esta barrera se lo impedía unos 300 metros antes. Hoy eso ya no sucede. Y explica: “Estas barreras se forman cuando los glaciares que descienden de las montañas se tocan lateralmente y empiezan a flotar en el mar y forman una plataforma. Cada tanto se desprenden témpanos, lo que es algo natural.

Pero la barrera se mantiene intacta como si fuera una autopista, una gran pampa blanca en la que sólo se ve el horizonte. Yo estuve ahí”. Pero hoy esa autopista está por desaparecer.

Originalmente, la plataforma Wilkins cubría 16.000 kilómetros cuadrados, pero en las últimas décadas perdió el tercio de su superficie. Sin embargo, sigue siendo del tamaño de Jamaica.

Hace cincuenta años estaba unida a la tierra por una franja de 100 kilómetros, el doble que ahora.

La causa a la que hacen referencia los investigadores para explicar el desprendimiento es el cambio climático: la temperatura de la península antártica aumentó 3 ºC desde 1950, algo que no sucedió en el resto del Continente Blanco y que implica el mayor aumento de la temperatura en el globo.

Del Valle coincide. “Esto de ruptura de barreras ocurre de norte a sur, es decir, desde el Ecuador hacia la Antártida, y se interpreta como consecuencia del cambio climático”. Y completa: “Las barreras siempre estuvieron, avanzaban, retrocedían, pero nunca pasó que se rompieran y desaparecieran del todo, no al menos en los últimos miles de años.

Actualmente, hay muchas que ya lo hicieron y donde antes uno podía caminar, ahora hay agua y el mar directamente baña la roca del continente”.

La pérdida de plataformas continentales no suele afectar al nivel del mar, pero lo que sí preocupa a los científicos es que su desaparición permite el desplazamiento de los glaciares continentales hacia el mar, y eso sí podría alterar el nivel.

En los últimos cincuenta años, nueve plataformas retrocedieron o colapsaron alrededor de la península antártica. Algunas de ellas tenían más de 10 mil años de antigüedad. Se calcula que ya desaparecieron unos 25.000 kilómetros cuadrados.

Del Valle recuerda cuando vio, hace unos veinte años, cómo se desmoronaba la barrera Larsen A, otra de las que ya no existen. “Se me caían las lágrimas. En tantos años de expediciones he visto cómo el hielo ha retrocedido de manera espectacular, el hielo de la Antártida está decrépito”, se lamentó.


Fuente : Critica de la Argentina

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