21/5/09

ARGENTINA: CRISIS Y CALIDAD DE VIDA

La calidad de vida de los argentinos cayó en forma abrupta desde diciembre
Es por el alza de precios y servicios, y el deterioro del poder adquisitivo. A los aumentos en el costo de vida se sumaron los efectos de la crisis externa. El escenario de incertidumbre impide un acercamiento de pronósticos inflacionarios.

La calidad de vida de los argentinos cayó en forma abrupta desde diciembre último como consecuencia de la crisis económica, y el ajuste de cinturón es cada vez más fuerte por el alza de precios y servicios, y el deterioro del poder adquisitivo.

Desde tomar un café en un bar hasta mantener a los chicos en colegios privados se convirtieron en 2009 en decisiones que demandaron mayor reflexión y uso de la calculadora a los jefes de familia, que además viven con la incertidumbre de no saber qué ocurrirá después de las elecciones de junio.

A los aumentos en el costo de vida se sumaron los efectos de la crisis externa, que golpeó directamente las negociaciones salariales e inclusive modificó negativamente la vida de miles de trabajadores que, contratados, de planta o "en negro", perdieron sus empleos.

El Índice de Variación Salarial del Indec, que mide las mejoras de los sueldos, dice que las remuneraciones del sector formal mejoraron 3,8 por ciento en el primer cuatrimestre, y las del informal, 8. A pesar de esas mejoras, los análisis privados indican que el poder adquisitivo del salario -que representa la cantidad de bienes que las personas pueden comprar con su remuneración por trabajo realizado- avanza por el indeseado camino de la pérdida.

Economistas consultados por Noticias Argentinas coincidieron en que el enfriamiento de la economía tendría que haber aplacado la inflación real, pero eso no ocurrió, los precios avanzaron y los salarios entraron en un "proceso de achatamiento".

Los expertos reconocen las mejoras que marca el Indec, pero aseguran que el grueso de la población del cual depende el mayor consumo sigue sin poder negociar mejoras salariales, por lo que "la inflación va comiendo a los ingresos".

Viajar en colectivo, subte, tren o premetro en la zona metropolitana cuesta entre 20 y 33 por ciento más que en 2008. Se trata de hasta 25 centavos por boleto, que en una familia “tipo" de cuatro personas significa 2 pesos más por día, que en la suma mensual resienten al bolsillo.

Al menos un millón de hogares sufrieron aumentos en la luz de hasta el 300 por ciento, por las penalizaciones al mayor consumo que terminaron por sobrepasar al 30 por ciento de incremento autorizado por el Gobierno; y 2,4 millones iniciaron 2009 con facturas de gas en las que las tarifas se habían duplicado y hasta triplicado.

Las cuotas que las empresas de medicina prepaga le cobran a sus 3,6 millones de afiliados subieron un 10 por ciento entre marzo y abril, empujando a más de 300 pesos una cobertura para una persona joven y a más de 800 pesos a los planes familiares.

Tras varias idas y vueltas con el Gobierno, los colegios privados de Capital Federal y Gran Buenos Aires lograron acordar la aplicación de subas de entre un 9,8 y un 26 por ciento en sus aranceles para este año.

Los peajes subieron entre 53 y 104 por ciento en las autopistas metropolitanas y las empresas YPF, Petrobras y Esso ajustaron 5,5 por ciento el precio de las naftas común y súper, y 3 puntos el gasoil.

Los alimentos y bebidas transitaron el primer trimestre de la mano de la desaceleración de la inflación por la caída del consumo, pero en abril treparon un 4,3 por ciento, según datos privados que se contraponen claramente a las cuestionadas cifras oficiales.

Para el Gobierno, la inflación del primer cuatrimestre se ubicó en un 1,9 por ciento, llevando a la interanual de abril al 5,7. Esas estadísticas quedaron muy por debajo de lo que marcan las consultoras privadas: entre un 13 y 17 por ciento. Desde la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericana (FIEL) dijeron a esta agencia que el aumento del costo de vida en lo que va del año fue de 6 por ciento y las consultoras Ecolatina y eQuis reportaron 5 y 5,4 puntos, respectivamente.

Las cifras privadas "advierten" y las oficiales "moderan" el impacto en los bolsillos, envueltas estas últimas en el descrédito del Indec por la intervención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien economistas y comerciantes acusan de "distorsionar" los índices. Allí se instaló una disputa y mientras los privados cuestionan el accionar de Moreno, en los pasillos de la Casa Rosada y de la quinta presidencial de Olivos denominan a los expertos como PPC, o Pronosticadores Permanentes de Catástrofes.

El escenario de incertidumbre por la imposibilidad de determinar cuál será el fondo de la crisis en el país, con el agregado de las legislativas del 28 de junio próximo, impiden un acercamiento de pronósticos inflacionarios, incluso entre privados.

Así, camino a las urnas, los salarios ingresaron en un proceso de estancamiento en relación al incremento del costo de vida, y la posibilidad de los trabajadores de mejorar su pasar se ajusta -cada vez más- a resolver el día a día.

Fuente: NA

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